El poder de la IA en la investigación: así cambiará la innovación corporativa

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La inteligencia artificial está transformando la investigación científica a una velocidad sin precedentes. Desde avances en biología hasta modelos climáticos más precisos, la IA está logrando en meses lo que antes tomaba años o incluso siglos. Sin embargo, para que esta revolución continúe, es fundamental un esfuerzo coordinado entre empresas, gobiernos y centros de investigación.

La IA está logrando en meses lo que antes tomaba años o incluso siglos en investigación científica

Un nuevo marco de políticas para el futuro de la ciencia con IA plantea soluciones concretas para acelerar la investigación: acceso equitativo a infraestructura, inversión en IA aplicada y regulaciones que fomenten la innovación sin frenar el progreso.

La ciencia basada en IA está impulsando hallazgos con un impacto real en la sociedad. Herramientas como AlphaFold han permitido a 2.5 millones de investigadores de 190 países acceder a modelos para predecir la estructura de proteínas con precisión sin precedentes. Asimismo, avances en climatología, materiales y salud están revolucionando industrias completas.

Pero estos avances no ocurren en el vacío. Para que la IA transforme verdaderamente la investigación, es crucial garantizar que científicos de todo el mundo tengan acceso a las herramientas necesarias. La creación de centros de IA para la ciencia, como el NAIRR en EE.UU., podría ser un modelo a seguir a nivel global.

Para consolidar la IA como motor de la investigación científica, se necesita:

  1. Infraestructura accesible: No todos los científicos pueden desarrollar sus propios modelos de IA. Se requiere acceso equitativo a recursos informáticos y datos de calidad.
  2. Inversión sostenida: La investigación en IA necesita financiamiento a largo plazo, fomentando colaboraciones entre sector público y privado.
  3. Regulaciones pro-innovación: La incertidumbre regulatoria puede frenar avances. Se necesitan marcos legales flexibles que permitan el uso responsable de datos y modelos de IA.

Para que la revolución de la IA continúe, se necesita infraestructura accesible, inversión sostenida y regulaciones inteligentes

Según un estudio de KPMG, el 72% de las empresas considera la privacidad y seguridad de datos como los principales riesgos de la IA. Además, la Unión Europea ha establecido el AI Act, que categoriza los riesgos y obliga a pruebas adversariales para evitar incidentes. Esto destaca la necesidad de marcos de gobernanza claros que alineen la innovación con la seguridad.

El equilibrio entre innovación y regulación es clave: mientras el 48% del presupuesto de las empresas se destina a desarrollar IA, el 43% se enfoca en seguridad y regulación, según el mismo estudio. Este balance será crucial para aprovechar el potencial de la IA sin comprometer la confianza y transparencia en su aplicación.

El potencial de la IA en la ciencia es inmenso, pero aprovecharlo plenamente depende de decisiones audaces. Gobiernos, corporaciones y la comunidad científica deben trabajar juntos para asegurar que la revolución de la IA beneficie a la humanidad en su conjunto.

La ciencia del futuro no solo dependerá de la IA, sino de cómo decidamos gestionarla hoy.

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